Las personas mayores que ejercen tareas de voluntariado se sienten activas y mejoran su autoestima.
Los mayores voluntarios tienen la oportunidad de ayudar a otras personas, tanto jóvenes como mayores. Pero además, al hacerlo se ayudan a ellos mismos, al sentirse útiles. Esto favorece que mejoren su autoestima y confíen más en sus posibilidades. A su vez, las organizaciones que cuentan con su ayuda adquieren un importante recurso humano, gracias a la experiencia de los mayores y a su disponibilidad.