lunes, 12 de septiembre de 2011

Un fenómeno en femenino.

En general, el voluntariado en Galicia tiene mayoría femenina. En algunos ámbitos, el desequilibrio de género es más significativo. En el ámbito sociosanitario es casi abrumador.

EVA. udp
«Teniendo ganas y salud, da tiempo a todo».
Eva es polivoluntaria. Acompaña a ancianos para la Unión Democrática de Pensionistas (UDP), atiende la tienda de comercio justo de Intermón y luego tiene sus propias actividades voluntarias con personas mayores a las que apoya y acompaña. Tiene 67 años, marido, hijos y nietos. Y una sonrisa encantadora: «Teniendo salud y ganas de hacer cosas da tiempo a todo». Dice que toda esa actividad voluntaria le es muy satisfactoria: «Te dan ganas de levantarte por las mañanas. Si no, sería todo el día lo mismo».

En la sede de la UDP de A Coruña comenta con otras compañeras (el colectivo tiene 60 voluntarios y 56 son mujeres) algunas anécdotas de lo que hacen aquí y allá, básicamente prestar apoyo a otros socios que están en residencias: «Hay que escuchar mucho, porque los mayores, ya se sabe, acaban contando siempre lo mismo. Pero bueno».

Eva dice que no se plantea dejar de colaborar: «Todo esto se te mete en la piel». Y eso que, explica, el desarrollo de la ley de dependencia está llenando las residencias de gente que entra ya con graves problemas de salud. «En verano solemos parar porque, si psicológicamente no puedes, es mejor dejarlo».


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