miércoles, 12 de septiembre de 2012

Los voluntarios de la tercera edad de Puçol: mayores solidarios que ofrecen cariño y compañía a otros mayores.


El voluntariado y la solidaridad no son, ni mucho menos, algo exclusivo de los más jóvenes

Agustín Segundo es el presidente de la UDP, la única asociación de jubilados y pensionistas de ámbito estatal que tiene en marcha un programa de voluntariado que funciona en muchas de las poblaciones donde la entidad tiene representación.

“En Puçol somos siete los voluntarios en la actualidad y normalmente actuamos por parejas”, explica Agustín. “En mi caso, dedico la mañana de los jueves a acudir a la Residencia de la tercera edad y también a visitar a dos hermanas de edad avanzada que viven solas, Pilar y Carmen, siempre acompañado de mi pareja como voluntario, que es Vicente”.

Sencillo y espontáneo. No hace falta más: un poco de tiempo, mucha voluntad, ganas de charlar con alguien que probablemente no tiene nadie con quien hablar a lo largo de la semana, reír, compartir… aportar un granito de arena para hacerlos más felices.

Agustín se siente orgulloso del papel que viene realizando el grupo de voluntariado de la tercera edad, y eso que no siempre es una tarea sencilla, sobre todo cuando las horas del jueves por la mañana las pasan con el grupo de Alzheimer de la residencia: “Es más complejo estar con ellos, pero hay personas que nada más vernos vienen casi corriendo a saludarnos, a abrazarnos, a sentarse con nosotros. Nos esperan, nos quieren… y eso a nosotros también nos hace felices”.

La experiencia con la residencia está siendo tan positiva que ya han ampliado las actividades y la labor de integración, por lo que ya hay dos grupos de cuatro o cinco residentes que se animan a salir los lunes y los viernes por la tarde para acudir al Espai Social dels Majors, a compartir unas horas con los vecinos de Puçol: una auténtica labor de integración realizada de forma silenciosa y discreta, pero con gran efectividad.

Los voluntarios de la Unión Democrática de Pensionistas son mayores que se mojan por otros mayores y que piden que otros se apunten, porque el que lo prueba se engancha a esta sencilla tarea solidaria: “De hecho, el único de los siete que no va en pareja es Salva, nuestro conserje, que es más joven y se ocupa entre otras cosas de llevar a dos niños de tres y cinco años al cole cada día: su madre tuvo un accidente y perdió una pierna, desde entonces le echamos una mano en algo tan sencillo como imprescindible, ayudar a que sus hijos puedan acudir a clase”.

Su labor solidaria les ha vuelto además personas más concienciadas, más exigentes. La UDP está organizada en asambleas comarcales, la de l’Horta Nord agrupa a dieciocho pueblos de la comarca y sus juntas directivas se reúnen una vez al mes, para estudiar los problemas de la asociación en particular y de los jubilados en general.

0 comentarios:

Publicar un comentario